IV • La Luna me habla


Si miro a la Luna, ella me habla.

Si escucho a la Luna, ella se hace entender.

Y es ella la que me habla de sueños. Sueños ancestrales y más antiguos que ella misma, que habitan en lo más profundo de cada uno de nosotros, desde siempre...

¿Quién es capaz de negar que persigue la felicidad?

Esa búsqueda, ineludible, es el motor que llena de energía nuestras vidas.

Sin embargo, es también inevitable... Hay travesías demasiado exigentes que conllevan un sobreesfuerzo... y en ocasiones, esa energía indispensable para llevar a cabo la búsqueda, es escasa, no llega, se extingue...

Es mi momento para hablar de DOLOR... también tendrán el suyo la dicha, la bonanza, la felicidad... pero siento ahora la necesidad de entender, de asimilar, de superar tanto dolor...

La diosa fortuna quiso que heredara el carácter, la alegría, el optimismo, la energía, el espíritu de lucha de mi madre. Es una certeza absoluta el que pueda estar superando tan dificil prueba gracias a ella... a pesar de su dolorosa ausencia, tan reciente todavía... Sí, son dos golpes mortales, crueles, de infinita tristeza y dolor. Por eso necesita llorar el Ángel herido. Mas, sin embargo, anda falto de unas lágrimas que parecen haberle abandonado.

Dos ausencias tan recientes y próximas en el tiempo dejan un vacío demasiado inmenso para ser asimilado sin la ayuda del tiempo. Si es que, en esta ocasión, el tiempo haya de ser capaz de, si no hacer olvidar, al menos aliviar livianamente tanta desdicha.

La buena noticia es que el Ángel siente crecer, dentro de sí, la urgencia por vivir, por volver a sentir latir su roto corazón...

Es por ello que tras llorar bajo la Luna... cuando consiga, por fin, hacerlo, seguirá deseando con todas sus ansias seguir Soñando bajo la Luna.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca dejemos de perseguir la felicidad,
tenga la forma que tuviere,
cueste lo que costare,
aunque la travesía esté sembrada de piedras...
aunque la luna esté oculta.
El dolor nos enseña también,
si lo sabré...!
no puedo sino simpatizar con tus sentimientos,
Ángel herido
Ángel querido.


Un beso tierno

(cuando veo que estás online, como ahora, por ejemplo, creo que mi beso te llega más fuerte, no?)

Ángel dijo...

Así me parece a mí también.

Parece que la distancia física se evapore en brumas ante nuestra proximidad espiritual...

Cuan dificil resulta, es ocasiones, no sucumbir al desánimo...

Sin embargo sigo en la lucha...

Luchas conmigo?

Anónimo dijo...

No te desanimes,

lucho con vos...

Mercè dijo...

Angel mio, dime tu si es posible un amor sin dolor, o el dolor sin amor.....

El sufrir nos hace fuertes, vivos, sabios..... es vital haber sufrido, para volver a amar.

Preparado para volver a soñar?

Soñaré contigo, desde este tu nuevo hogar, al que me alegra entrar. Gracias por invitarme.

Un beso.

Ángel dijo...

Bienvenida Burbuja.
Mi hogar es tuyo también.

Sí, los Ángeles habitan en la verdad.
Y la comparten con nosotros.

Y, en ocasiones, nos revelan verdades no del todo agradables.

Me temo que no es posible el AMOR sin dolor, del mismo modo que resulta impensable soportar el dolor sin una buena dosis de AMOR.

Parece una paradoja... mas resulta ser una gran verdad.

El Ángel está herido (casi mortalmente) por haber amado tan intensamente. Ahora su dolor es proporcional a su entrega. Y lo único que hace soportable tanto sufrimiento es la posibilidad, el sueño celestial, de volver a hallar AMOR en su camino.

Esa esperanza es la que le mantiene con vida. Si no fuera así, el Ángel sería extinto.

La diosa fortuna quiere que el Ángel esté preparado para volver a Soñar bajo la Luna.

Y compartir esos sueños con sus seres queridos... en éste su nuevo hogar, con la dulce Burbuja, con su ya querida Papallona... con todos sus Ángeles...

Sin vuestra ayuda el camino se haría angustioso y eterno... Es por ello que agradezco vuestra compañía...

Un beso enorme y bienvenida a mi nuevo mundo.

Gracias!